Proyectos como “Programa formativo de reintroducción de fauna silvestre y educación ambiental” de la Asociación Hiedra Papel Tijera (HiPaTi-A) no solo crea empleo verde en el medio rural, sino que ayuda a mantener colonias saludables, descongestiona puntos críticos urbanos y garantiza la continuidad del papel ecológico del vencejo, un ave insectívora, cuyo rol es clave incluso en ámbitos como la gestión de plagas y la prevención de enfermedades zoonóticas.
Hablamos con la coordinadora del proyecto, Cénix C. Callejo que nos explica como “la reintroducción de fauna silvestre no solo es un trabajo con gran valor ecológico y social, sino también un nicho laboral en crecimiento que necesita profesionales cualificados con urgencia”.
¿En qué consiste el proyecto Empleaverde+ “Programa formativo de reintroducción de fauna silvestre y educación ambiental”?
El proyecto es un programa de formación laboral vinculado a nuestro trabajo de reintroducción de fauna silvestre estival, el “Proyecto Vencejo”. Consta de formaciones de gran aplicabilidad en los ámbitos de la reintroducción de fauna y la educación ambiental, y culmina con la contratación de ocho participantes mediante la modalidad de “aprender trabajando” dentro de nuestro propio programa.
Cuenta con dos itinerarios principales, pioneros en España:
- Un curso de reintroducción de fauna silvestre (150 horas teórico-prácticas), impartido por ponentes y tutores con gran trayectoria nacional e internacional en el campo de la conservación.
- Un curso de educación ambiental (150 horas teórico-prácticas) con un enfoque multidisciplinar único. Además de asentar los conocimientos biológicos y ambientales básicos, incorpora herramientas procedentes de ámbitos artísticos, dramatúrgicos, literarios, científicos y de interpretación, para que las personas participantes aprendan a diseñar programas de educación ambiental creativos y de alto impacto.
A estos dos itinerarios se suman contenidos transversales en igualdad de género y habilidades blandas, así como dos cursos de especialización:
- Herramientas democráticas para la conservación comunitaria
- Herramientas de ciencia ciudadana
Creemos que esta formación es clave, porque las amenazas a la biodiversidad están directamente ligadas a la emergencia climática. La reintroducción de fauna silvestre no solo es un trabajo con gran valor ecológico y social, sino también un nicho laboral en crecimiento que necesita profesionales cualificados con urgencia.

Existe un creciente número de caídas de crías de vencejo en verano. Su rehabilitación, ¿creéis que puede ser una salida profesional en zonas rurales?
Sin duda, puede y debe serlo. La reintroducción de fauna silvestre ya es un campo emergente, pero en el caso de los vencejos la urgencia es especialmente notable.
La problemática de estas especies atraviesa gran parte de Europa y Asia, y afecta también a otras especies de vencejos en América del Norte. Actualmente existen programas de recuperación, reintroducción o protección en activo en países tan diversos como España, Inglaterra, Alemania, Chipre, Ucrania, Rusia o Irán.
Se trata de una especie especialmente golpeada por el cambio climático. A pesar de su capacidad de adaptación, modificando incluso sus conductas reproductivas, el número de rescates de crías aumenta cada verano de forma exponencial. Su cuidado es complejo y requiere dedicación constante, conocimiento técnico y equipos numerosos para garantizar su supervivencia, lo cual sólo puede ser sostenible con la creación de empleo estable dedicado a estas labores.
A esto se suman las amenazas derivadas de la arquitectura urbana: reformas en edificios que eliminan zonas de nidificación y el uso de materiales poco adecuados que incrementan el calor, lo que agrava la mortalidad de polluelos. En Sevilla, por ejemplo, hemos documentado caídas masivas de 200 a 500 crías en un solo día en lugares como el barrio del Tiro de Línea o el aparcamiento del aeropuerto. En contraste, observamos colonias mucho más estables en zonas naturalizadas o en municipios rurales alejados de la capital.
Por eso, generar programas de reintroducción en áreas rurales es una estrategia transformadora: no solo crea empleo verde en el medio rural, sino que ayuda a mantener colonias saludables, descongestiona puntos críticos urbanos y garantiza la continuidad del papel ecológico de estas aves insectívoras. Este rol es clave incluso en ámbitos como la gestión de plagas y la prevención de enfermedades zoonóticas.
Además, la proyección de este tipo de programas es muy amplia. No se trata solo de rehabilitar crías, sino de integrar componentes educativos y preventivos, y de abrir nuevos nichos laborales en los propios municipios rurales.
Desde el punto de vista laboral, la rehabilitación y protección de los vencejos abre un abanico muy diverso de salidas profesionales: cuidados directos de fauna, construcción de estructuras de nidificación, investigación y seguimiento de colonias, vigilancia epidemiológica o tareas de limpieza y gestión de hábitats urbanos. A ello se suma un fuerte componente de educación ambiental y prevención, que asegura empleos ligados tanto a la conservación como a la sensibilización ciudadana.
Además, cada puesto de trabajo genera un impacto multiplicador: estos programas se basan siempre en la coordinación de voluntariado, ciencia ciudadana y participación popular, lo que fomenta la cohesión social, fortalece el sentido de pertenencia y refuerza las alianzas dentro del propio municipio. Así, no solo se crean empleos verdes, sino que se contribuye a dinamizar la economía local y a tejer redes comunitarias más resilientes. En definitiva, hablamos de una estrategia que beneficia al medio ambiente, a las aves y, al mismo tiempo, a la vida social y económica de los pueblos.

¿Y de forma especial, puede ser una importante salida laboral para las mujeres?
Efectivamente. Aunque en muchos ámbitos la rehabilitación de fauna sigue estando bastante masculinizada, en el cuidado de crías —una tarea muy ligada a los cuidados— son sobre todo las mujeres quienes han sostenido este trabajo, a menudo en condiciones de precariedad. Afortunadamente, esto está empezando a cambiar.
Las redes de voluntariado ya cuentan con mujeres con una enorme experiencia, algunas con décadas dedicadas a la reintroducción de estas especies. Y hoy vemos cómo ese conocimiento y esa vocación se están transformando en oportunidades laborales reales. Solo en Andalucía, por ejemplo, existen varias iniciativas para crear centros de rescate de fauna asociados al cuidado de vencejos y otras aves urbanas, la mayoría de ellas lideradas y gestionadas por mujeres altamente profesionales.
Esto demuestra que no solo es una salida laboral viable, sino también una oportunidad para reconocer, profesionalizar y dar estabilidad a un trabajo que las mujeres llevan haciendo desde hace mucho tiempo.
¿Por qué es importante el cuidado de estas aves?
Los vencejos son aves migratorias que recorren miles de kilómetros cada año, conectando ecosistemas de Europa, África y Asia. Cuidarlas significa también proteger las rutas migratorias y los equilibrios ecológicos entre continentes.
En sus ecosistemas locales cumplen un papel fundamental: son grandes controladoras de poblaciones de insectos, lo que contribuye a mantener el equilibrio natural y a reducir la proliferación de plagas que afectan tanto a la agricultura como a la salud humana.
Además, tienen un enorme valor en términos de vigilancia epidemiológica. Al ser especies insectívoras que viven en entornos urbanos y rurales, nos ayudan a regular poblaciones de insectos que pueden actuar como vectores de enfermedades. Proteger a los vencejos es, en este sentido, una inversión en salud pública y en la prevención de riesgos asociados al cambio climático y a la pérdida de biodiversidad.
Por todo ello, el cuidado de estas aves no solo tiene un valor ético y ambiental, sino que también repercute directamente en la sostenibilidad, la salud y la seguridad de nuestras propias comunidades.
¿Habéis notado un aumento de ingresos este verano con tantas olas de calor?
Sí, este año ha sido uno de los de mayor número de ingresos. Solo en el día de apertura acogimos a 160 individuos, que junto a los atendidos dentro de nuestro programa de voluntariado sumaron más de 300 en apenas tres días. Ha habido días y semanas realmente críticas.
Las caídas empezaron antes de lo previsto, ya a finales de mayo, y el número de ingresos fue aumentando durante todo el verano. Incluso en agosto, cuando solo queda la segunda puesta del vencejo pálido, registramos un pico de ingresos sin precedentes.
Lo más llamativo es que todavía hoy, 9 de septiembre, seguimos recibiendo polluelos casi recién nacidos, algo totalmente anómalo para estas fechas. Esto refleja el desequilibrio en los ciclos reproductivos que sufren los vencejos al intentar adaptarse a las temperaturas extremas y a los cambios provocados por el clima.
¿Cuántas personas participan en este proyecto?
Hay 104 personas participantes.
¿Cómo lleváis a cabo la formación?
La formación es teórico-práctica, combinando un componente online y otro presencial.
En las clases online, a través de la plataforma Moodle, los participantes acceden a ponencias de expertos, trabajos en grupo aplicados al mercado real, y al diseño de proyectos utilizando herramientas, aplicaciones y software específicos. La idea es que la teoría tenga siempre una aplicación práctica directa.
Las clases presenciales son altamente prácticas y permiten adquirir competencias tanto artísticas como científicas en el ámbito de la educación ambiental, así como habilidades en la construcción de instalaciones y el manejo de fauna en rehabilitación. Una de nuestras prácticas más destacadas se realiza en tres espacios diferentes:
- La Madriguera, en Gerena
- La Cañada de los Pájaros, en Puebla del Río
- Centro de recuperación de especies amenazadas Rías, en Faro (Portugal)
En estos lugares, los participantes aprenden de primera mano habilidades clínicas, rehabilitación de fauna, censos, monitoreo, gestión de ecosistemas, manejo de instalaciones y cuidado de animales, adquiriendo una experiencia integral que les prepara para su futura actividad profesional.
¿En qué momento está el proyecto?
Actualmente, se han completado con éxito los cursos de reintroducción de fauna silvestre y de educación ambiental, y las personas participantes contratadas se encuentran en el ecuador del programa. Desde finales de mayo, hemos atendido la emergencia estival con un rigor y estabilidad sin precedentes, y además hemos organizado un campamento de verano de concienciación para los más pequeños, que ha resultado de gran ayuda también para la conciliación familiar en nuestro entorno.
Con el inicio del curso escolar, las participantes se preparan para desarrollar actividades de sensibilización en colegios, institutos y otras entidades educativas, mientras quienes se dedican al cuidado de fauna siguen atendiendo a las crías recién llegadas tras la última ola de calor y comienzan a planificar acciones preventivas para la próxima temporada.
Próximamente se impartirán los dos cursos adicionales, y cerraremos el año con actividades ambientales en Navidad, gratuitas y abiertas a toda la comunidad, consolidando así el programa educativo.
El proyecto ha tenido tan buena acogida que día a día recibimos llamadas de entidades y asociaciones de conservación interesadas en conocer más sobre nuestra experiencia en Empleaverde+. Esto nos ha permitido recibir varias invitaciones para presentar el programa en festivales, academias y encuentros a nivel nacional. Estamos muy contentas con el impacto del proyecto, tanto en nuestro entorno como en el sector, y nos hace especial ilusión ver que se ha convertido en un proyecto replicable, germen de muchas otras iniciativas de conservación y educación ambiental.













